miércoles, 4 de junio de 2008

La fotografía y yo

La fotografía llegó a mi como un oficio de supervivencia. No había en mis tiempos de colegio suficientes productos de china para vender en las calles. Eran tiempos de vacas flacas, eran tiempos de nuevos paradigmas económicos, pero una década atrás sucedían otras cosas.

Mi abuela

La cercanía del terminal de buses al norte, fue demasiada tentación para mi abuela. Acostumbrada a dar giros violentos al timón de su vida, un día caminó las cuatro cuadras y subió los tres peldaños hasta sentarse junto a una ventana del bus que la llevaría muy lejos de Santiago y de su pequeño restaurante de la calle General Mackena. Sus hijos, para estos efectos, mis tíos, terminaron de atender a los clientes aquel día y por los próximos diez años.

Mis tíos

Hartos ya, de expulsar ratones y controlar borrachos (o viceversa), sumado al regateo de madrugada en la Vega Central, tomaron la decisión de cambiar de rubro. El registro civil a media cuadra, los iluminó: FOTOCARNET.

Mi adolescencia

El centro de Santiago siempre fue mi hogar. Cuando cursaba primero medio en el Instituto Nacional en la calle Arturo Prat, caminaba por Ahumada hasta Mapocho. Me ponía una cotona blanca sobre el uniforme y aprendía todas las artimañas que hacían del oficio de Laboratorista de fotocarnet una actividad al borde de lo ilícito. Calentaba a cincuenta grados el revelador sucio y oxidado, aplicaba secador al negativo, en resumen, La Biblia Negra del laboratorista.

Esa experiencia, paradojalmente, me dió la ventaja necesaria para convertirme en el alumno “mateo” del ramo de fotografía al estudiar Diseño Gráfico en los años ochenta.

Justamente, antes de comenzar mis estudios superiores, en el verano de 1982, tres mujeres coincidieron en la hermosa ciudad de Arica, para ayudarme a cerrar mi adolescencia con estilo. Guisela, Ana María y Coral.

Ana María. Una ariqueña hermosamente tostada, que me dejó para siempre la certeza de que el amor es un revoltijo de arena y espuma de mar.

Guisela, mi abuela. Juntó dinero durante años para regalarme una batería que se convirtió, luego de un sencillo trámite bancario en una reluciente Pentax MX con lente de 50 mm. y diafragma máximo de 1.8.

Coral, una ciudadana del mundo. Que apareció en la plaza de Arica luciendo su rubia cabellera y un vestido bordado ecuatoriano, descalza y contemplativa. Fue mi primera modelo, aunque la amé, una barrera invisible se interponía entre sus veintisiete y mis diecinueve. Veinticinco años después, conozco a Roxana, su prima, por ella me entero que Coral conserva aquel retrato en que capté la melancolía de sus ojos color miel, como la mejor foto que le han tomado en su vida.

miércoles, 2 de enero de 2008

Reflexiones sobre Cristina Aguilera

Empecemos por los descargos.
Cuando Cristina canta, el pudor que nos produce adorar a las divas Pop, se debilita. Es que canta muy bien.
Que importa que sea linda
Hoy, como es habitual, viajaba en metro, frente a mi, dos hermosas jovencitas cuchicheaban. Nos detuvimos en una estación que cuenta con espejos, la puerta quedó abierta por unos instantes. Las muchachas callaron y miraron hacia el gran espejo como cualquiera lo hace en esa estación, pero sólo ellas tuvieron el reflejo simultáneo de acicalarse. La risa se me escapó como un estornudo y como el reflejo ante la risa es reirse, ellas lo hicieron tambien.
Ahí estaban dos bellas jovencitas con dientes perfectos riéndose de su vanidad. Me pregunto ¿que nivel de vanidad experimentó Cristina luego de interpretar "It's A Man's World" en los Grammy 2007?.
Si ya la veía carbonizada en el suelo convertida en el segundo cadaver de James Brown.

domingo, 30 de diciembre de 2007

Descentralización de Chile

Y pensé, "si Chile estuviera descentralizado, las regiones primera y segunda, serían inmensamente ricas, la gente preferiría trasladarse allí, sus recursos naturales generan un tercio del PIB de la nación.", lo mismo pasaría con algunas regiones del sur que utilizan recursos naturales. Santiago en cambio sería fuerte en servicios y oferta educacional".